A pesar de las recomendaciones de control por parte de la ANMAT y de las empresas internacionales de acreditación hospitalaria (Joint Comission Canada Accreditation, etc.), que convierten en casi obligatorio el uso de algún sistema de gestión de ingeniería clínica para el control del mantenimiento del parque de equipamientos biomédicos, no se ha percibido aún ningún incremento en la implementación de softs de gestión.
Según el estudio de mercado realizado por Neovero Sistemas, en 2017 sólo un 6% de los hospitales argentinos cuentan con un soft de gestión específico para ingeniería clínica y mantenimiento hospitalario.
Aunque los argumentos técnicos para la implantación de un sistema hayan sido tradicionalmente la reducción de costos con el mantenimiento de los equipamientos (tanto internos como a través de tercerización), existen otros factores de alto impacto que deben tenerse en cuenta: calidad de servicio, análisis de riesgo y seguridad del paciente.
Frente a los desafíos de la gestión de ingeniería clínica en el siglo XXI, los gestores hospitalarios, los proveedores de servicios de asistencia técnica y bioingeniería tercerizada deben plantearse la siguiente pregunta: ¿es posible realizar una gestión profesional atendiendo al marco regulatorio argentino, garantizando la seguridad del paciente y potenciando la gestión del mantenimiento de equipos médicos, sin el uso de herramientas desarrolladas específicamente para el entorno hospitalario?
La respuesta es sencilla: no. La gestión de equipamientos sin soporte informático especializado es a todas luces inviable. De ahí que la gran mayoría de los hospitales en Argentina estén desperdiciando recursos financieros y humanos tan necesarios en épocas de crisis y, sobre todo, asumiendo riesgos para la seguridad del paciente.
Entre los elementos que debemos contratar a través de un sistema informático destacamos:
- Control de fechas de vencimiento de los registros ANMAT.
- Priorización de atendimientos basados en la criticidad de los equipamientos.
- Verificación de las fechas de “fin de servicio” y “fin de vida” de los fabricantes por modelo de equipamiento.
- Auditoría de los contratos con proveedores, tanto en términos cualitativos (SLA) como cuantitativos (costos).
- Fiscalización del procesamiento de datos masivos del histórico de mantenimientos preventivos y correctivos de los equipamientos.
- Inspección de los certificados de calibración y sus vencimientos.
- Análisis objetivo de datos para la toma de decisiones de:
- Control de fechas de vencimiento de los registros ANMAT.
- Priorización de atendimientos basados en la criticidad de los equipamientos.
- Verificación de las fechas de “fin de servicio” y “fin de vida” de los fabricantes por modelo de equipamiento.
- Auditoría de los contratos con proveedores, tanto en términos cualitativos (SLA) como cuantitativos (costos).
- Fiscalización del procesamiento de datos masivos del histórico de mantenimientos preventivos y correctivos de los equipamientos.
- Inspección de los certificados de calibración y sus vencimientos.
- Análisis objetivo de datos para la toma de decisiones de:
La falta de control de algunos de estos elementos tienen un impacto directo en la cuenta de resultados del hospital, así como en la calidad del servicio ofrecido al paciente y su eficiencia.
¿Disponemos de suficientes datos para dimensionar correctamente nuestros equipos técnico? ¿Debemos prorrogar el contrato de mantenimiento de aquellos modelos de equipos que vencerán en breve? ¿Acertamos al comprar aquel ventilador pulmonar o, por el contrario, deberemos arriesgarnos en la próxima compra eligiendo otro fabricante? ¿Por qué la disponibilidad de ese tomógrafo es sensiblemente menor que la del mismo modelo instalado en un hospital vecino? No solemos tener respuestas a estas preguntas tan habituales o, en el mejor de los casos, podemos tener un margen de error tan elevado que las hace inservibles sin una administración global que incluya un soft de gestión correctamente implantado y actualizado.
Como profesionales del mantenimiento de los equipos biomédicos nos compete a todos revertir la situación, comenzando por advertir a los grupos de dirección de nuestros hospitales de las graves consecuencias qua asumimos al continuar con un modelo de gestión no informatizado.